Redacción de autismopanama
El que un niño no logre emitir palabras no significa que no pueda comunicarse, sin embargo, aprender un lenguaje es básico, porque sin él su aprendizaje será muy limitado. De allí que, si su hijo no comienza a emitir sonidos a la edad indicada, si no intenta imitar la pronunciación de las sílabas o las palabras que usted le dice o está perdiendo esa habilidad, es necesario buscar un sistema que le permita expresarse y comunicarse.
Y cuando hablamos de un sistema nos referimos a una técnica para complementar o reemplazar el lenguaje hablado en esos primeros meses y años de vida.
“Generalmente, la comunicación aumentativa y alternativa (AAC) es malentendida por muchas familias que la ven solo como imágenes que se utilizan para comunicar o como dispositivos. La AAC es cualquier cosa que utilizamos para complementar o reemplazar el lenguaje hablado, pero es solo cuando tengo limitaciones en el habla cuando estas cosas comienzan a llamarse AAC”, explicó Tannalynn Neufeld, logopeda y profesora adjunta del curso de Fundamentos de la Comunicación Aumentativa y Alternativa de la Universidad de Washington, Estados Unidos, al destacar que AAC es algo que utilizamos todos, como el mover mucho las manos cuando hablamos o la inflexión que utilizamos en las palabras con el tono de nuestra voz.
Neufeld tiene más de 15 años de trabajo con comunicadores complejos y sus familias y está certificada internacionalmente por la American Speech-Language-Hearing Association, una asociación profesional de patólogos del habla y el lenguaje, audiólogos y científicos del habla, el lenguaje y la audición en Estados Unidos, y recientemente participó de una jornada educativa organizada por Autism Parenting Magazine, donde compartió estrategias para enseñar a niños con autismo no verbales a comunicarse y, en muchos casos, a desarrollar el habla.
Estrategia 1: La mirada
Cuando se habla de usar la mirada para comunicarse significa que el niño está utilizando sus ojos para buscar en el entorno objetos y/o personas que le permitan dar a entender lo que quiere, expresa la especialista, quien reconoce que es difícil diferenciar cuándo el niño solo está mirando, descubriendo su entorno, y cuándo tiene la intención de decirnos algo.
Por ello, aportó unos ejemplos de cuando el niño utiliza su mirada para decir algo.
Mirar a una determinada comida cuando le están ofreciendo opciones y lo impulsan a que señale cuál quiere. Como muchos niños no están listos para señalar con su mano cuál alimento prefieren el que puedan utilizar su mirada sería un gran paso hasta que desarrollen o fijen esa habilidad.
Cuando miran a la persona puede ser una forma de comunicar su saludo. Antes de que el niño aprenda a hablar, incluso a mover su mano en señal de saludo ya nos está mirando e incluso sonríe, y esa es su forma de saludar.
Cuando se queda mirando a lo lejos, sin interacción, para decir no o como forma de protesta por algo que está sucediendo y, en modo positivo, como una forma de decirte que hacia donde mira está pasando algo que le interesa o que le gusta.
“Es decir que, si empiezas a poner atención a la mirada como una forma de comunicación, esto puede darte pistas para comenzar a entender que él puede expresarse de esa manera y, a partir de allí, puedes empezar a construir con él formas más obvias para comunicar la mismas cosas”, apuntó Neufeld.
Advierte que cuando se habla de enseñar a usar la mirada en ningún momento significa que se le pedirá al niño hacer contacto visual. “Esto no se trata de empujar a tu hijo a hacer contacto visual. Esto se trata de usar la mirada como una forma de comunicarse y algunas veces eso será hacer una conexión visual con otras personas. NUNCA le pediremos al niño que haga contacto visual”, remarcó.
¿Cómo construir esta habilidad en tu hijo?
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La comunicación a través de la mirada tendrá mucho de interpretación, es decir, que nuestra observación debe ser consciente para detectar cuándo puede estar sucediendo y actuar.
Neufeld da tres recomendaciones para modelar esa comunicación efectivamente. Lo primero, indicó, es que, en cualquier momento que tu hijo utilice la mirada para comunicarte algo debes hacerle saber que viste lo que hizo, que entendiste. Un ejemplo sería cuando están en casa y quizás papá entra al cuarto y tu hijo mira en esa dirección. Podrías decir ‘estoy viendo que estás mirando a papá, hola papá’. Ese proceso se llama “andamiaje”, reconoces que tu hijo está utilizando esta forma de comunicación y tú le das un significado a esa señal, lo vas modelando con una palabra, una frase, con lenguaje.
Lo siguiente es que cuando estás trabajando en modelar la mirada tu buscas quedar por debajo del nivel del contacto visual, y esto significa que si estás jugando con tu hijo y él está en el piso, no podrás estar sentada arriba sino donde está él o más abajo, y querrás acercarte lo más posible --al nivel de tolerancia de tu hijo— porque entre más cerca estás de su nivel menos esfuerzo tendrá que hacer para utilizar la mirada para comunicarse contigo sobre lo que estén haciendo o jugando en ese momento.
La última recomendación es animarte a que pienses cómo estás utilizando tú la mirada para comunicarte porque si quieres que tu hijo la utilice más debes modelar ese comportamiento. Ejemplo: Si vas a tomar una merienda con tu hijo, antes de que lo retes a que haga una selección tu podrías elegir tu propio snack utilizando la mirada. Podrías colocar un par de cosas sobre el mostrador y decir ‘Vamos a ver, ¿qué querrá mamá colocar hoy en su café? ¿Le pondré un creamer de vainilla francesa o le pondré uno de avellana?’. Con ello harás un modelo realmente obvio de cómo estás mirando esos artículos. Luego te detienes a mirar uno de ellos, el que realmente quieres, y entonces dices ‘creo que la avellana es el que quiero utilizar hoy’. Estoy mirando ese, tomo el frasco y lo utilizo. También puedes solo hablar de lo que estás mirando y señalar hacia el punto donde está el objeto del que hablas, al mismo tiempo.
Estrategia 2. El lenguaje corporal
pexels/Karolina Grabowska
Neufeld precisa que se trata de un movimiento del cuerpo para compartir significado, aunque, cuando el niño aún no ha hecho la conexión entre su movimiento y la respuesta que recibe, lo hace por accidente.
Por ejemplo, un niño podría levantar su mano voluntariamente cuando están jugando juntos, balanceándose, pero no se da cuenta de que, si levanta la mano, puede decirte que quiere hacer más balanceo. Así que tú podrías enseñarle a hacer esa conexión si cada vez que levanta la mano le dices, ‘oh, he visto que levantaste tu mano, así que vamos a balancearnos más’.
Algunos ejemplos de lenguaje corporal para comunicar son:
subirse a tu regazo para pedir consuelo o abrazos;
el nose to nose (toque de nariz) está diciendo me gustas, te quiero, te amo y quiero estar cerca de ti;
dar palmadas para expresar alegría o mirar un fidget spinner con emoción; y
dejar de interactuar para decir que terminamos, que necesito un descanso o que algo pasa con mi cuerpo o mi mente y me desconecté y necesito cambiar de actividad.
“Esta habilidad se construye en forma muy similar a como lo hicimos con la mirada. Necesitamos reconocer que nuestro niño está utilizando su lenguaje corporal por una razón y esta es una muy importante porque vamos a presumir intención y es muy fácil como padre que está navegando en el mundo de un chico no verbal asumir que como no habla entonces no lo hace con alguna intención”, afirmó Neufeld.
Y esto cae incluso en el ámbito del comportamiento, agregó. Y llamó la atención a que cuando el comportamiento no es lo que queremos o lo que debe ser los padres rápidamente se ponen el “sombrero del comportamiento” y buscan la forma de extinguir o cambiar eso que no está bien; mientras que no siempre se colocan el “sombrero de la comunicación” que les permitiría preguntarse si ese comportamiento podría significar que el niño nos está diciendo que algo está pasando dentro de él o a su alrededor y necesita controlarlo o redireccionarlo.
“Con lo que estamos haciendo necesitaremos hacer algo de interpretación y, para esos movimientos que no son tan obvios, podríamos decir, ‘pienso que estás haciendo esto a propósito’, y basada en lo que está sucediendo en este momento pienso que significa esto, así que voy a interpretar el significado y responderé en función de eso”, detalló.
Lo anterior en un ejemplo. Un niño podría utilizar lenguaje corporal empujándose hacia atrás en la mesa y si estoy en un contexto de juego o de trabajo esto puede interpretarse como que terminó lo que estaba haciendo. Pero en ese momento no quieres darle la opción de decidir si quiere parar o quiere hacer más, lo que quieres es darle al niño algo de retroalimentación. Entonces le dices, ‘veo que te has alejado de la mesa, me imagino que eso significa que ya terminaste de hacer toda la tarea, ¿cierto?’. Y entonces haces una pausa y le permites al niño responder y que la comunicación vaya en otra dirección; y luego dirás ‘bueno, tenemos que hacer dos más antes de terminar’. El feedback es realmente importante porque los niños necesitan saber que estamos viendo y entendiendo esas pequeñas señales para no empujarlos al punto de ir aumentando, escalando esas reacciones como una forma de transmitir su punto de vista. Y es perfectamente aceptable para establecer límites, reconocer la comunicación y validar las señales de comunicación de tu hijo al mismo tiempo.
La especialista recomienda utilizar mucho lenguaje corporal con los hijos, sin que estos tengan que ser complejos. Afirma que podría ser una simple postura del cuerpo, como agachar la cabeza para transmitirle que estás triste; no recomienda usar movimientos de la cara porque muchos de nuestros niños tienen problemas para coordinar sus músculos faciales y no podrán imitarlos, por tanto, no se podrá modelar esa expresión.
Estrategia 3. Voz o vocalización
La vocalización (usar un tono ascendente, un tono descendente o un tono estrangulado) es una parte importante de compartir significado antes de que aparezcan las palabras y algunos de nuestros niños que son neurodiversos continúan utilizando ese tono vocal para comunicarse por un largo periodo, menciona Neufeld.
“Estoy segura que muchos de ustedes pueden identificarse con los chillidos de su hijo cuando él está haciendo algo que le gusta y esa es una grandiosa señal comunicativa. Es un poco ruidosa, pero es una sobre la cual puedes construir con lenguaje. Otros ejemplos de uso del tono de la voz puede ser un niño que dice ‘eh’ por sí, así que puedes tomar un tono alto para el sí y para un no un tono descendente o bajo (como un gruñido), incluso para cuando está enojado o feliz. Es muy sutil pero probablemente notes algunos de estos cambios si tu niño está haciendo sonidos de tiempo en tiempo”.
La logopeda dijo que para construir esta habilidad se utilizarán las mismas recomendaciones que dio para la mirada y el lenguaje corporal: reconocer (en este caso el tono de voz), responder (usar frases, palabras para dar retroalimentación) y reforzar (hacerlo cada vez que se produce la comunicación o crear momentos para hacerlo).
“Tendremos que reconocer el tono que nuestro hijo está utilizando con intención, incluso, el volumen, ya que algunas veces sonidos elevados tienen diferente significado que los sonidos más tranquilos, incluso si el sonido que utilizan es el mismo. Es el cambio en el volumen el que realmente nos indica que hay un mensaje diferente”.
Manifestó que algunas veces los chicos están haciendo sonidos cuando están solos y que, incluso en ese momento hay una intención. Podría ser que están expresando cómo se sienten en ese momento: quizás les está gustando algo, o quizás no están disfrutando algo y también podría ser que están usando el tono de su voz para expresarse y calmarse ellos mismos. De cualquier forma, reiteró, se tiene que presumir que el sonido es intencional y tú puedes tratar de interpretarlo cuando es apropiado y responder de manera que le des a tu hijo la retroalimentación de lo que tú piensas que significa.
Otro ejemplo del mundo real. Cuando le preguntas a un niño qué quiere para jugar y le das opciones y tú vas escaneando y de repente escuchas “eh” o un grito. Y entonces tú dices, ‘escuché un grito, yo pienso que tú me estás diciendo que sí’, y al mismo tiempo estás moviendo la cabeza de arriba hacia abajo. Así tú le estás diciendo a él que ese grito puede significar un sí y a partir de allí tú puedes ir modelando el gesto corporal con el movimiento de la cabeza y quizás un día en el futuro podría dejar de gritar y comience a asentir.
De hecho, también puedes modelar cambios vocales cuando estás interactuando con tu hijo y algunas veces esto es más importante que las palabras cuando está teniendo un momento de desregulación. Si están jugando o están juntos y el niño empieza a expresar emociones muy fuertes muchas veces hablarle puede abrumarlo. En cambio, utilizar un tono calmante y comprensivo como este (hace sonido con tono bajo) podría ayudarle no solo a aprender sobre el tono sino a calmarse. Esto es lo que se llama co-regulación, cuando utilizamos nuestro cuerpo y nuestra voz para influir en nuestro estado de ánimo juntos, como padre e hijo. Así que piensa en cómo puedes modelar tu tono de voz para esos momentos de crisis, y también para esos momentos en los que solamente estás siendo expresivo y quieres utilizar tu tono de voz para agregar significado a lo que estás diciendo.
Estrategia 4. Gestos
Es probablemente la más obvia de las formas de comunicación sin usar palabras, con la excepción del uso de imágenes y texto; requieren de menos esfuerzo y son bastante claros como para garantizar que los niños se puedan comunicar con la mayor cantidad de gente con la que interactúen cuando no están con sus padres o cuidadores.
Los gestos son también un gran puente para construir lenguaje –tanto hablado como a través del uso de imágenes y el uso de las extremidades del tronco superior del cuerpo— y para comunicar significado a otras personas. Algunos ejemplos son:
asentir y temblar;
asentir y sacudir la cabeza y
estirar la mano que es el precursor de señalar.
Y nosotros queremos instar a nuestros chicos dentro del espectro a que estiren la mano porque es una forma grandiosa de hacer una elección. Queremos cambiar el agarrar por estirar la mano porque tomar algo no es comunicación, es solo que veo algo, lo quiero y lo tomo. En cambio, estirar la mano significa que veo algo, que quiero algo, pero sé que necesito algún tipo de respuesta tuya antes de tomarlo. Luego, eventualmente, los niños comienzan a aprender cómo aislar ese dedo para apuntar.
Otros gestos incluyen actuar las cosas. No significa que tengan que aprender lenguaje de señas, pero pueden crear una “librería de gestos familiar” para comunicarse. “Yo insto a las familias a actuar cosas como dormir, comer, beber, correr, estar cansados, todas estas cosas que tú puedes encontrar una forma de actuar y con las que puedes llevar a tu hijo desde no poder comunicarse, porque no habla, hasta poder expresarse de alguna manera”, adujo Neufeld.
Y una gran forma de modelar un gesto podría ser enseñarle al niño a dar y a mostrar: dar algo para pedir ayuda y mostrar algo para compartir su disfrute. Estos gestos son muy importantes para el desarrollo infantil y muchos niños con autismo no muy a menudo dan este paso en su desarrollo, agregó, y es muy poderoso cuando se lo podemos enseñar.
¿Y cómo construimos esta habilidad? Otra vez, primero tenemos que reconocer los gestos que nuestro hijo está utilizando, y aquellos que está próximo a utilizar. ¡Así que ese estirar la mano es un punto de aproximación y como queremos que ocurra vamos a empujar reconociendo y reforzando, diciendo ‘!Es grandioso! Me mostraste lo que quieres. Veo que estás estirándote por esto’. Vamos siempre a presumir que hay intención mientras interpretamos y le damos el significado hablado en nuestra respuesta, vamos a continuar dándole esa retroalimentación. Es decirle ‘te he visto estirándote, y creo que quieres este (objeto)’. O quizás es ‘veo que tienes tus manos hacia arriba, ¿quieres que te levante?, ¿qué te cargue?’.
Estrategia 5. Picture-based AC
Usualmente tiene imágenes y palabras. Puede venir impreso, como libros o tableros, y puede venir en forma de tecnología (apps o dispositivos para comunicación). También hay text-based AAC y esta es para niños que están alfabetizados. Aunque hay diversos tipo de dispositivos, Neufeld se refirió al Gollies AC talker app, de Goaly, una startup de tecnología de asistencia cuya misión es facilitar la vida de personas neurodiversas y sus familias a través de tecnología y servicios accesibles y asequibles, y del cual ella es gerente de producto.
Destacó que la mayoría de estos dispositivos tienen muchas cosas en común, como que representan el lenguaje en formato de imagen. En el caso de su dispositivo, además lo muestran con la estructura de una oración, lo que ayuda a representar significado con una imagen y cómo las palabras se juntan para crear una oración. También, para los niños más grandecitos, se ofrece algo de gramática, como agregar una s al final de una palabra –que son cosas que no pueden hacerse con el uso de la mirada, la vocalización y los gestos—porque son unas formas un poquito más elevadas de lenguaje. Además, y tiene palabras para muchas funciones sociales, palabras que ayudan a hacer preguntas, palabras que ayudan a expresar opiniones, etc. Y lo que más les gusta a los padres es que la mayoría de estos sistemas de AC tienen habla, es decir, que tienen una voz que tu hijo puede utilizar para hablar externamente y que es muy apreciada por los niños a los que les gusta imitar.
Si quiere más información puede acceder al sitio de la expositora o a su cuenta de FB.