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Disminuyendo las conductas agresivas en las personas con autismo

Las sobrecargas sensoriales son uno de los desencadenantes de las repentinas rabietas o de las conductas inapropiadas extremas.

Disminuyendo las conductas agresivas en las personas con autismo

El comportamiento es una forma de comunicación. La aparición de conductas agresivas en las personas con trastorno de espectro autista está relacionada con su incapacidad para comunicarse adecuadamente; también es el resultado de carencias para completar actividades, desde las más sencillas hasta las más complejas, lo que les causa frustración, así como de una sobrecarga sensorial cuyos efectos no pueden controlar.

 

Lo anterior significa que cuando un padre o un cuidador comienza a ver un comportamiento inapropiado enseguida debe presumir que el niño está tratando de decirle que quiere algo, que necesita algo o que se siente mal, y como no tiene las herramientas apropiadas para hacerlo lo que mostrará será una reacción desproporcionada en forma de pataleta, golpes –hacia ellos o hacia otros—o, en general, destrucción de los elementos de su entorno.

 

Emily Ransom, una madre de dos niños con autismo, uno de ellos con autismo severo y conductas agresivas, quien tiene un master en educación especial y una certificación en trastornos del comportamiento, quien fue conferencista del Autism Parenting Summit en mayo pasado --que organiza Autism Parenting Magazine--, compartió estos conocimientos y su experiencia en el tema, y dio consejos acerca de cómo se pueden anticipar o apaciguar las conductas inapropiadas de los niños con autismo.

 

Como madre de una persona con autismo severo puedo decir que los desencadenantes clave son problemas de comunicación y de salud. Para chicos que tienen también problemas gastrointestinales, que no son verbales y no pueden comunicarse cuando algo anda mal, es como un juego de adivinanzas el saber qué es lo que está ocasionando ese comportamiento”, manifestó.

 

No obstante, hay otros situaciones desencadenantes importantes. Ransom los enumeró: sobrecarga sensorial, sonidos que escuchan que no les gustan, cambio en sus rutinas, ya que no se adaptan fácilmente a los cambios, negarles cosas que ellos quieren. Todas estas son situaciones estresantes que les pueden causar ansiedad y, a su vez, provocar conductas agresivas.


En un ambiente apropiado, seguro y estructurado, los niños con autismo pueden desarrollar y alcanzar todo su potencial

 

Qué hacer para evitar que se frustren y se tornen agresivos? Aunque varía de niño a niño, la también consultora recomienda utilizar lo que se conoce como el ABC (por sus siglas en inglés) del comportamiento, donde la A se refiere a determinar cuál es el antecedente de la conducta inadecuada, qué pasa antes de que ocurra este comportamiento; la B es el comportamiento que se produce; y la C es la consecuencia, qué pasa después de que se comportan de la manera en que lo hicieron. Dijo que es importante responder a estas preguntas ante cada comportamiento inadecuado porque es lo que permitirá actuar cuando se repita, anticipar y/o prevenir que se repitan o minimizarlos.

 

Otra recomendación que da es utilizar horarios e imágenes, es decir, organizar el día del niño con una herramienta visual, para anticiparle los eventos que vienen o que se supone que sucederán porque esto ayudará a que se reduzca el nivel de frustración que sentirá ante los cambios o lo desconocido.

 

Sobrecarga sensorial


pexels/Mikhail Nilov

 

La sobrecarga sensorial se produce cuando te llega más información --a través de todos tus sentidos-- de la que puede procesar tu cerebro: muchas conversaciones sucediendo dentro de un mismo cuarto, muchos destellos de las luces del techo, muchas personas alrededor; todo eso puede producir síntomas de sobrecarga sensorial”, indicó Ransom. 

 

Y entre los síntomas que pueden indicar que una sobrecarga sensorial está en proceso se encuentran dificultad para enfocarse o concentrarse, irritabilidad extrema, inquietud o malestar que los lleva a taparse los oídos o a cubrirse los ojos, estar extremadamente emocionados, estrés, ansiedad o miedo de lo que está a su alrededor, niveles más elevados de lo usual de la sensibilidad a las texturas, a las etiquetas de la ropa u otras cosas que puedan rozar la piel.

 

¿La sobrecarga sensorial puede llevar a comportamientos agresivos?

 

“Sí, un chico con autismo que está experimentando una sobrecarga sensorial muy a menudo termina en un comportamiento agresivo porque a diferencia de un adulto que puede alejarse por sí mismo de una situación que le está produciendo esa sobrecarga, estos niños no pueden porque no tienen capacidad para comunicar lo que les está sucediendo, así que si su niño está empezando a presentar estos comportamietos es importante utilizar una voz baja o neutral para apoyarlos, tomar nota de lo que ha desencadenado su comportamiento para eliminarlo y evitar que otra sobrecarga ocurra en el futuro”.

 

Frente a todo esto, algunas ideas que Ransom ofrece para hacer los cuartos más adecuados sensorialmente para las personas con autismo están: colocar mini trampolines, luces sensoriales (proporcionan luz cálida y relajante), elementos sensoriales tactiles como almohadillas de choque, mantas con peso, chalecos sensoriales (están hechos para calmar y proporcionar información propioceptiva constante; la presión funciona como un abrazo tranquilizador) y audífonos para escuchar música.




 

Además, aconseja darles a los niños cosas que los hagan sentir confortables, por ejemplo, peluches, iPads, comida, historias visuales o sociales que le ayuden con sus frustraciones. “Si ves que sus desencadenantes se están presentando y que van a entrar en una sobrecarga sensorial o van a tener un comportamiento agresivo dale alguno de estos artículos para ver si consiguen algo de comfort o se eliminan esos comportamientos o la sobrecarga emocional que están teniendo”, afirmó.

 

Sobre el impacto que tiene en el comportamiento del niño con autismo el tener un cuarto seguro y sensorialmente apropiado, Ransom apuntó que un ambiente seguro y estructurado, que es predecible para el niño, que incorpora apoyos visuales y otras facilidades que le ayuden con la comunicación y la organización, y que promuevan oportunidades de interacción social y juego, los alienta a ser independientes y  fomenta una sensación de logro. Y en un ambiente apropiado, remarcó, los niños con autismo pueden desarrollar y alcanzar todo su potencial.


Puedes conocer más de Emily Ranson en Mama to World Changers


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